jueves, septiembre 3

TRIBUNA LIBRE. EL DIARIO MONTAÑES

TRIBUNA LIBRE
Si la fiesta es bellum, bella es guerra
03.09.2009 - José Quintanal Díaz es doctor en Ciencias de la Educación. Profesor de la UNED



No podríamos encontrar mejor ejemplo para materializar aquella famosa máxima latina, atribuida a Julio César, que dice "si vis pacem, para bellum" (si quieres la paz prepara la guerra), que la celebración que en estas fechas se está conmemorando en Los Corrales de Buelna, de las "Guerras Cántabras". Resultan ejemplares, sobre todo porque confirman que la preparación de la guerra (que así es como los lugareños se refieren a su fiesta), es el mejor signo de paz, de concordia, de solidaridad, apertura y entrega. Todo un pueblo, se reúne en torno a la historia, para decir al mundo que se siente orgulloso, muy orgulloso, de su origen; reivindican unas raíces, hincadas en lo más profundo de sus corazones, para compartir con todos la belleza de su cultura. Por eso, invitan a cuantos con interés o curiosidad se acercan por allí, a participar de su celebración, a vivir y convivir. El paseo que ofrecen por la historia, es espectacular. Pero además, consiguen que nadie se sienta extraño entre ellos, y que todos, de un modo u otro, participen y vivan la fiesta. De entrada, la visita al campamento festero supone un auténtico deleite: por un lado, encontramos múltiples muestras del sentir popular; por otro, sorprende la disposición de todo el mundo, que se entrega por completo a disfrutar de su ágape. La idiosincrasia de este pueblo, enclavado en el corazón de la montaña cántabra, queda perfectamente reflejada en sus pallozas, que en su interior guardan un auténtico museo, con numerosos objetos y símbolos de la cultura popular, lo mismo que en sus tiendas, donde la convivencia preside toda la celebración. Aquí, en este marco, un pequeño reducto de nuestra historia ancestral, el "bellum" de la máxima cesariana se transforma ya en "bellus", y evoca lo agradable que resulta el encuentro con lo más íntimo de nuestro ser.
Además, hemos de reconocer que esta gente va más allá. Porque su fiesta, estas guerras que en apenas una década han logrado calar tan hondo en sus corazones, son algo más que una simple manifestación popular. Se han convertido en un auténtico libro que, abierto al mundo, es capaz de ver, y entender, lo que supuso la incardinación de la cultura romana en nuestro pueblo. Claro, que en este marco resulta fácil leer ese pasado que cada uno encobamos. En el campamento la historia se palpa, lo mismo que en el circo, con los desfiles o cuantas celebraciones son convocadas; allí todos, niños de la más tierna edad, o mayores, jóvenes, adultos y por supuesto, también ancianos, se entregan con pasión a este juego de la guerra, y se convierten por unos días, en protagonistas de su pasado. Es verdad, aquí la cultura se vive y la historia se hace fiesta. Nos gusta descubrir cómo, todos, festeros y visitantes, participan y gozan con el deleite de descubrir quénes somos, y cómo nos sentimos. Por eso esta guerra resulta un tanto especial, graciosa y agradable ("bella" hubiera dicho el historiador Estrabón).
Hemos de concluir nuestra glosa con un reconocimiento explícito al rigor con el que se ha ido construyendo esta celebración. Y no sólo en el tiempo, pues hemos ido viendo cómo cada edición, hasta el momento, aportaba algo nuevo, consiguiendo de este modo, ir escribiendo este libro (de la conquista romana o de la sublevación cántabra, como cada uno desee titularlo), en el que se representan los acontecimientos más significativos que esta historia tuvieron lugar. En el pueblo de Los Corrales de Buelna, las guerras consiguen demostrarnos cómo la cultura crece. El atrezo, da cuenta del rigor y la meticulosidad con la que los festeros lo preparan. Cuidando el rito manifiestan la estima en que tienen su fiesta; hasta el más nimio detalle en los vestidos, las joyas, o las armas, el decorado o las representaciones nos lo demuestran. Por eso resultan un ejemplo de convivencia, verdadera exaltación de lo popular, que confiere carácter identitario al pueblo que la celebra, y del que todos, todos nosotros, cántabros del hoy, nos sentimos orgullosos, muy orgullosos. Así pues, es cierto: si la fiesta es bellum, bella es guerra.

MUCHAS GRACIAS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario