EN DIRECTOLos romanos, de terrazas en Lugo
El Arde Lucus tuvo ayer un respiro tras la tormenta del viernes, y permitió a miles de vecinos y de forasteros vivir en la calle la fiesta que recrea el origen de la urbe
- Xosé María Palacios
- LUGO/LA VOZ.
- 27/6/2010
Misión cumplida. Los romanos ocuparon Lugo sin demasiada violencia ni resistencia de los celtas de esta parte de Europa, cercana ya al fin del mundo; y al final unos y otros se desperdigaron por las numerosas terrazas de la urbe para gozar de una agradable tarde de verano entre cañas, cafés y refrescos. Lo que anteayer fue un diluvio se tornó ayer en calma más o menos tranquila sin que el cielo castigase a invasores e invadidos con aguaceros y truenos. Así, el Arde Lucus vivió su segundo día con la normalidad de saber que el programa se iba desarrollando conforme a lo previsto y que romanos y celtas convivían buscando más los puntos de encuentro que las escaramuzas bélicas.
Uno de los actos destacados del día fue, como suele ser habitual, el pregón y acto de fundación de la ciudad, en el que César contó que su viaje desde Roma había tenido alguna parada antes de llegar a este lugar de las orillas del Miño. Uno de los puntos de descanso fue la Ribeira Sacra, en donde Baco, que lo acompañaba, le aconsejó probar el vino de la zona: «E claro que o probei», reconoció la máxima autoridad del Imperio.
Esa parte del programa incluye también una recepción a los representantes de otras partes ocupadas por los romanos. Vesta, diosa del hogar, dio a todos la bienvenida. Uniendo pasado y presente, se aprovechó ese momento para el nombramiento del Civis Honoris de este año: la distinción recayó en el empresario Jorge Dorribo, aunque el galardón fue recogido por una persona de su familia.
Legiones y cámaras
Mientras la praza Maior veía cómo llegaban las legiones, en otras partes de la ciudad se alternaba pasado y presente, se combinaban las túnicas con cámaras incorporadas a teléfonos móviles y se disfrutaba de una tarde de descanso que anticipaba una de las noches más largas del año. Así, en la praza da Constitución, junto a una de las puertas de la Muralla, el dios Pan incluso predecía la decadencia del Imperio -«Romanos, ides a pique», dijo-, y criticaba a los ciudadanos su excesiva adoración a un tal Cristiano Ronaldo que anda por el circo corriendo con un balón cerca de los pies.
Entre tanto, los más jóvenes se afanaban en participar activamente en los talleres de manualidades que se realizaban en el campamento situado frente a la casa consistorial, algunos otros aguardaban una nueva sesión del circo, otros seguían las actuaciones en la praza de Santa María, y muchos llenaban ya circuitos habituales de vinos y tapas del centro histórico -la rúa Nova, la praza do Campo, la rúa Bispo Basulto- para demostrar sin duda por qué los romanos se sintieron tan a gusto en Lucus Augusti.
Pulpo y churrasco estaban a la vista de clientes, y así se demostraba que acaso el famoso eslogan «Y para comer, Lugo» pudo tener una versión original en latín hace unos 2.000 años. Mañana vuelve la normalidad y quizá se noten los excesos, pero entre la variada oferta del Arde Lucus estaban también puestos que ofrecían hierbas como antídoto contra la acidez de estómago o los catarros.
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