viernes, marzo 23

CRÍTICA SOBRE 300

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Critica de  300

300 de Zack Snyder

300


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"Buena es la impresión tras un primer visionado. La calidad estética nos sumerge en la atmósfera opresiva del arte de Miller. Nubes, luces crepusculares, tierra polvorienta, fuertes contrastes de luz y texturas logradísimas en los primeros planos."

Valoración muy buena Valoración Muy Buena
por Berto
de A clockwork blog

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Director: Zack Snyder
Fecha del estreno: 2007-03-23
Género: Acción

¿Mito o realidad? ¿La historia vista a través de la lupa de los siglos? Poco es lo que se sabe con seguridad acerca de la batalla de las Termópilas, pero una cosa sí es cierta: respira épica por los cuatro costados. Frank Miller estuvo años preparando su historia gráfica sobre la mítica gesta espartana contra el ejército persa de Jerjes y editó uno de sus más famosos libros. Años después, nos llega en forma de película para disfrute de todos los amantes del cine de acción. 300 soldados espartanos a las órdenes de su rey Leónidas se enfrentaron al millón de persas que, bajo la dirección del temible Jerjes, invadían todo a su paso allá por el siglo V a.C. Si las cifras son o no son, si los espartanos fueron llamados por Atenas o se bastaron ellos solos, si llevaban siervos o fueron a pecho descubierto… Quitaos todos esos prejuicios y dilemas al entrar al cine. La historia está en las bibliotecas, aquí sólo hay honor, sangre, valentía, guerra y muerte. Y Warner Bros., de la mano de Zack Snyder, nos la presenta a los ojos en toda su majestuosidad e impacto visual.

Por gentileza de Warner Bros. Entertainment España y la inestimable colaboración de www.muchocine.net, a los que agradecemos enormemente las atenciones desde estas líneas, tuvimos el privilegio de asistir a la primera proyección del "300" en España, que se estrenará al público el próximo 23 de marzo. La proyección fue en versión original, al estar aún en fase de doblaje.

Buena es la impresión tras un primer visionado. La calidad estética nos sumerge en la atmósfera opresiva del arte de Miller. Nubes, luces crepusculares, tierra polvorienta, fuertes contrastes de luz y texturas logradísimas en los primeros planos (el bronce de cascos y escudos, la tela de las capas, rojas como la sangre que salpica en la que es, quizás, la referencia más literal al cómic) nos ayudan a identificarnos, por pura proximidad sensorial. Los que tengan el privilegio de verla en la versión Imax, imagino que entenderán perfectamente lo que digo. La trama, fácilmente comprensible, también nos centra en la historia que se cuenta, que no olvidemos que es tan simple como la determinación de unos soldados en una misión con un destino único e inevitable. Y el guión hace bien en no complicarla innecesariamente. Por un lado, los guerreros combaten como héroes. Sólo hacen eso, pero lo hacen como los mejores. Por otro lado, la ciudadanía de Esparta debate en la retaguardia el futuro de su sociedad amenazada.

Aunque bien es verdad que esa trama desarrollada en la propia Esparta le otorga credibilidad al hecho de la partida de sólo 300 hombres a enfrentarse a un ejército como el persa, en el desarrollo de la película se torna en su lastre, en esa especie de "intermedios" que dejan descansar a los guerreros y alargan el metraje hasta la hora y cincuenta minutos, aproximadamente, que parece ser algo políticamente correcto, hoy día, pero que no tendría por qué coartar la creatividad de una obra. Se puede dejar aquí en el aire una pregunta: ¿Cuándo se atreverán los estudios a hacer películas de una hora? ¿Cuando nos atrevamos a pedirlas? No quiero decir con esto que se haga larga, ni mucho menos. Al contrario, parecen pasar volando las casi dos horas. Pero el ritmo de la película se resiente. El juego cámara rápida – cámara lenta es magistral y funciona muy bien en las batallas o en la fabulosa chica del oráculo, pero no en el guión, el cual sufre frenazos cuando el cuerpo te pide más. Y ya al final, surge para mí el gran fallo de la producción: referencias que nos recuerdan, mucho más de lo que debieran para quedarse en simples referencias, a Troya y, sobre todo, Gladiator. Una cierta falta de originalidad, que sí se había demostrado a lo largo de todo el film, que nos deja un pequeño amargor en la boca. Algo que era fácilmente evitable. No quiero, sin embargo, quitarle mérito a lo que es el gran centro de gravedad de la película. Las escenas de batallas imposibles, de heroicidad extrema, son de una espectacularidad pocas veces vista en el cine. Una gran coreografía que alcanza su culmen en la primera horda persa que ataca de frente a los espartanos y en cómo son rechazados y aniquilados. El último tramo de la escena se desarrolla como un ballet majestuoso y sublime en un logradísimo travelling de perfil puramente griego. Soberbio.

En lo que se refiere al reparto, creo un gran acierto del casting (aunque no sé si obligados por presupuesto, ya que se lo tuvo que llevar casi enterito la postproducción digital) la elección exclusiva de buenos actores de papeles secundarios, sin estrellas, ya que eso le da realismo y credibilidad a los personajes. Tan sólo asoma a nuestra mente Faramir, hijo del Senescal de Góndor. De ese modo, el espectador se centra mucho más en la historia y se evita lo que sí sucedió en Sin City, por hablar de un referente cercano: que uno se entretenía en encontrar los rasgos de Frodo en el malo de las gafas blancas…

Gerard Butler cumple como el rey Leonidas, en un papel sobrio, que tampoco permite más alardes que sus contundentes frases, arengas y, eso sí, unas miradas de odio a Jerjes que taladrarían su propio casco de hoplita. Lo que sí luce, y mucho, es cuerpo, al igual que todos sus compañeros de fatigas. Las chicas que disfrutaron con el Brad Pitt de Troya tienen aquí para soñar unas cuantas semanas… [Como anécdota de la versión original, es curioso que a un rey espartano se le escape de vez en cuando cierto acentillo escocés].

En el otro bando, reinando sobre un sádico ejército persa plagado de monstruos, mercenarios y esclavos, está el emperador Jerjes, interpretado por un Rodrigo Santoro al que no reconocería ni su propia madre, pues tal es el cambio de imagen al que se ha visto sometido para este papel. Dueño de un turbador harem, ejerce de Dios en la Tierra ayudado por su imponente figura sobrenatural. En este sentido, uno de los detalles más vistosos de la película es toda la imaginería persa, a base de pendientes anillados, cadenas de oro, máscaras y sus voces distorsionadas para parecer más graves, cavernosas. Esto último me parece un toque muy acertado.

Lena Headey está bellísima como la reina Gorgo, pero le toca protagonizar la parte insulsa de la película. Junto a ella, está muy convincente Dominic West como malo malísimo.

En cuanto a la banda sonora, era una de las grandes incógnitas que rodeaban el estreno tras ver el espectacular trailer con "Just like you imagined", de Nine Inch Nails. Finalmente se han decantado por una composición clásica de Tyler Bates (habitual de Snyder), que también bebe de otras grandes bandas sonoras bélicas, como Gladiator (de nuevo, sobre todo en las voces) o La Delgada Línea Roja, a quien se acerca en momentos de la primera mitad de la cinta. Sin embargo, los momentos más logrados y contundentes, mucho más acordes para mi gusto con las imágenes, son aquellos en los que se usa el rock más cañero. Y es ahí, desde mi punto de vista, donde también la película peca de timorata. Otro acto de valentía sería el haberle dado a Trent Reznor, o alguien similar, la posibilidad de crear una banda sonora completa que para nada habría desmerecido el carácter histórico del film.

Es cierto que al basarse en un cómic de tal envergadura, que no deja de ser, para el film, un magnífico storyboard previamente publicado, se constriñen mucho las libertades de adaptación, pero un mayor equilibrio en la trama o, incluso, el centrarse sólo en la batalla le habría dado mucha más fuerza a la película. ¿La acusarían de videoclip largo, de pervertir el cómic de Miller? Es posible, pero yo habría corrido el riesgo de hacer algo más atrevido y no quedarse con ese regustillo a Gladiator que te acompaña en los últimos 15 minutos de película. Regustillo que también creo que era evitable aún ajustándose al cómic.

Resumiendo, y desde mi personal punto de vista, a la película le falta valentía donde le sobra oficio y técnica. A veces es preferible pecar de vanguardista que de imitador de Ridley Scott (hay cosas que superan el "inspirado por"). Y el poso que deja Zack Snyder es el de haber perdido una gran oportunidad. Ojo, que no el de haber hecho una mala película, que son cosas diferentes. Para quien vaya al cine sin querer ver Ciudadano Kane, el resultado es más que notable.

No os la perdáis, la disfrutaréis enormemente. Una película para la agenda de esta primavera .

Lo mejor de "300"...

El acabado estético, la plasticidad que envuelve toda la película. La escena del naufragio de parte de la armada persa. Formidable. La coreografía de las escenas de batalla, sobremanera el primer ataque contra los persas, a cámara lenta, en un precioso y preciso perfil griego, digno de las mejores cerámicas clásicas.

Lo peor de "300"...

Los eludibles referentes a Gladiator y Troya. La oportunidad perdida en la banda sonora. La trama paralela en Esparta, que lastra un poco el ritmo y lo alarga en demasía.




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