jueves, septiembre 17

Asturcones para el césar de Roma

Asturcones para el césar de Roma



Dos ejemplares de poni asturiano, «Alí» y «Palomero», debutan en las Guerras Cántabras, una multitudinaria fiesta de interés turístico nacional

Los Corrales de Buelna (Cantabria), Rebeca AJA

De espectadores a perfectos colaboradores. El caballo asturcón ha debutado en las Guerras Cántabras, una multitudinaria fiesta de interés turístico nacional que anualmente recrea, en la localidad cántabra de Los Corrales de Buelna, las contiendas entre cántabros y romanos, sucedidas entre los años 29 a 19 antes de Cristo. Un estreno con éxito, piensan desde las filas de la Asociación de Criadores de Ponis de Raza Asturcón (ACPRA), y que amplia la labor de difusión y promoción de la raza fuera de las fronteras asturianas.



La participación, por primera vez, de asturcones en la interpretación de los hechos acontecidos hace más de dos mil años entre las legiones del emperador César Augusto y el pueblo cántabro responde a un doble deseo: el de ACPRA por promover y extender la defensa y conservación de la raza, y el de los promotores de la fiesta cántabra por sumar nuevos elementos de realismo a la interpretación, de acuerdo con la diversa documentación histórica que recoge la presencia del caballo asturcón durante las guerras con las que Roma se propuso doblegar las tribus cántabras.



En septiembre de 2008, la Asociación de Criadores de Ponis de Raza Asturcón aceptaba la invitación de la organización de las Guerras Cántabras (Aguecan) para conocer de cerca el espectáculo y valorar su participación en futuras ediciones.



Un año después, ACPRA ha repetido visita a Los Corrales de Buelna pero esta vez aportando dos protagonistas a una de las representaciones más importantes de las Guerras Cántabras, la entrada triunfal de César sobre el pueblo cántabro que clausuró, el pasado 6 de septiembre, la novena edición de las Guerras (se celebran durante dos fines de semana consecutivos, el último de agosto y el primero de septiembre).



La llegada del emperador para declarar la Pax Romana sucedía sobre una biga (carruaje de dos caballos) tirada por dos asturcones, «Alí» y «Palomero», y guiada por el director técnico de ACPRA, Lucas Lorenzo.



Un día antes, ese mismo enganche protagonizaba la entrada del General Agripa en uno de los escenarios recreados en la localidad cántabra de Los Corrales de Buelna, el Circo Máximo, durante la interpretación de la conquista romana de las tierras montañesas. Una jornada que incluyó una demostración de doma y el acercamiento de las cualidades morfológicas y de manejabilidad del poni autóctono de Asturias al gran número de visitantes que anualmente congrega esta celebración en Cantabria.



La participación de ACPRA ha corrido a cargo de dos equinos de indudable porte y preparación para el enganche, disciplina en la cual este tronco de asturcones obtuvo, el año pasado, un importante premio en un prestigioso concurso en la localidad vasca de Ordizia.



Diversos autores hablan de un caballo «pequeño y de mal aspecto», pero muy «duro y veloz», tan útil para el carro como para el jinete por su «paso portante». La documentación histórica deja constancia de la participación del caballo asturcón en la conquista de Roma, cuya legendaria fortaleza y resistencia acredita. Incluso se cuenta que el asturcón fue considerado un animal sagrado y que los legionarios romanos quedaran afectados por la «bárbara costumbre de sus enemigos astures de sacrificar algunos caballos en las noches de plenilunio, como ofrenda preciosa a su dios de la guerra».



Roma no pasó por alto las virtudes del caballo asturcón y, finalizadas las guerras, muchos ejemplares de esta raza fueron transportados a Roma para seguir sirviendo a las legiones romanas.

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