La recreación histórica tiene una vertiente lúdica, de pura y simple diversión, de escapar de la rutina habitual y fantasear con que somos otra persona en otro mundo. Porque la historia y el aprendizaje de la misma no están reñidos con la diversión. Es francamente divertido compartir con tus amigos unos días en los que las preocupaciones del día a día, lo habitual, lo cotidiano, queda sustituido por un mundo de magia en el que las cosas son de otro modo, pero siguen siendo de verdad.
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